Tu...

Cada una de las letras que fueron saliendo con su primorosa voz se acumularon, una a una, en mi garganta, formando un nudo impenetrable, como una barrera para que de mí... ninguna palabra que en ese momento desee decir, salga una a una para lastimarte aún más.

Estaban ahí, bloqueando todo intento de comunicación. Dolían...tanto... y lo peor no era la imposibilidad de expresar todo lo que estaba sintiendo ante tu confesión, sino que aunque yo pudiera hacer de mis sentimientos, sonidos y armarlos en palabras, tu nunca los escucharías.

Estabas lo suficientemente lejos de mi ser, como para, solamente, poder sentir un leve calor y una sensación de vacío...que obviamente no sabrías con certeza a que se debía, pero que lo padecerías apenas como una solitaria brisa de otoño y nada más.

Pero que más, como podría yo con mi humana fuerza hacer ante tanta separación terrenal, pero tanta coincidente cercanía astral?? por que no era lo suficientemente fuera de ese lado como para resignarme y sentir que esa falta corporal no significaba nada importante para mi?

Y lamentablemente con tantos obstáculos, una comunicación negada y una fuerza netamente humana es imposible no sentirse nada, resignarse y dejarse llevar por la marea, esperando flotar por siempre si es que el puerto donde quiere dejarnos no fuera aquel que con tanta vehemencia anhelamos...

Pero es que soy así, tanto cuerpo como alma...pero entre esa fina linea que separa una gran diferencia en la intensidad del deseo y la necesidad, el estar más de un lado hace que hoy, a pesar de tantas incoherencias, dificultades y olas de desesperanza; de tu confusión, tu pensamiento y tu desconocimiento, siga...una y otra vez, inútil aparentemente, intentado conectarme una y otra vez...fallando, buscando puertos seguros donde caer, para volver a levantarme y seguir intentando con todas mis fuerzas llegar hasta ti.

Mi puerto imposible, soñado, imaginado...mi puerto deseado...pase lo que pase, siempre voy a saber que mi puerto eres tu.